CORPUS CHRISTI

La Hoja de mi Parroquia - Corpus Christi

Evangelio (Jn 6,51-58):

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».

Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre»


CORPUS CHRISTI Y  CARIDAD

Celebramos una de las fiestas más arraigadas en el pueblo cristiano: “El Día del Señor”.

Es el Día del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Un Cuerpo, entregado por amor, y una Sangre que ha sido derramada para borrar el pecado del mundo. A este mundo que el falta la conciencia de pecado.

Día de Adoración. Los cristianos “adoramos” a Dios,Presente en el pan consagrado. Misterio de fe. Misterio de una “presencia real” de Jesucristo en la Eucaristía. Misterio de un Dios, que quiere estar cerca de nosotros y se convierte en alimento de vida. Por eso le cantamos: “Dios está, aquí, venid, adoradores, adoremos a Cristo Redentor”.


Día de la Caridad. No tengamos miedo a emplear la palabra “caridad”. Porque la caridad nace del amor de Dios, que se hace presente en cada persona humana. Necesitada de aquello que no le puede faltar para vivir con dignidad. Si todos somos hijos de Dios, la caridad consiste en mirar al otro como “hermano”.


Día de anunciar Caminos Nuevos de solidaridad, de paz, fraternidad y caridad.

El Pan es el signo de la vida humana, En el pan simbolizamos todas las necesidades que tiene el ser humano.
ALIMENTARSE es tan importante, que no podemos prescindir de ello. Cristo se ofrece como Pan que viene a dar vida a un mundo hambriento: hambriento de alimentos, de trabajo, de paz, de fraternidad, de justicia, de misericordia, de amor, de cultura, de esperanza…

En el mundo hay muchas pobrezas y carencias y creemos que es imposible soucionarlo todo, pero sí es posible “encender una vela” en medio de este mundo tan lleno de oscuridades para que la luz del Amor Fraterno se haga presente en nuestra sociedad.



La adoración a Cristo en el Sacramento de la Eucaristía nos ha de llevar a ver a Cristo, presente en cada persona.

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