DOMINGO DE PENTECOSTÉS
La Hoja de mi Parroquia
Parroquia Ntra. Sra. de los Ángeles
Parroquia Ntra. Sra. de los Ángeles
El Evangelio (Jn 20,19-23):
Al atardecer de aquel
día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las
puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en
medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las
manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo
otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío».
Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes
perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les
quedan retenidos».
VIVIR A DIOS DESDE DENTRO
Uno de los mayores problemas de nuestra religión cristiana
católica es la “mediocridad espiritual”. En el corazón de muchos cristianos se
ha apagado la experiencia interior de Dios. La sociedad moderna ha apostado por
el exterior. Todo nos invita a vivir desde fuera. Todo nos presiona para
movernos con prisa, casi sin detenernos en nada ni en nadie. La paz no
encuentra una rendija para penetrar en nuestro corazón.
Vivimos casi siempre en la corteza de la vida. Se nos está
olvidando “saborear” la vida desde dentro. A nuestra vida, por ser humana, le
falta lo esencial: la interioridad.
Es triste observar que tampoco en las comunidades cristianas sabemos cuidar y promover
la vida interior.
Muchos no saben lo que es el silencio del corazón, no se
enseña a vivir en la fe desde dentro. Privados de la experiencia interior, “sobrevivimos”
olvidando nuestra alma: escuchando
palabras con los oídos y pronunciando oraciones con los labios, mientras nuestro
corazón está ausente.
En la Iglesia se habla mucho de Dios, pero ¿sónde y cuándo
escuchamos los creyentes la presencia callada de Dios en lo más profundo de
nuestro corazón? ¿Dónde y cuándo acogemos el Espíritu del Resucitado en nuestro
interior?¿Cuándo vivimos en comunión con el Misterio de Dios desde
dentro? No tengamos miedo de acoger el Espíritu de Dios.
PENTECOSTÉS: ACOGER EL ESPÍRITU DE DIOS.
Acoger el Espíritu quiere decir dejar de hablar sólo con un
Dios al que siempre colocamos lejos y fuera de nosotros, y aprender a
percibirlo en lo más íntimo de nuestro ser.
Esta experiencia interior de Dios, real y concreta,
transforma nuestra Fe. Es necesario y urgente “descubrir” esta experiencia del
Espíritu para vivir la profundiad de nuestra fe. Es muy difícil de mantener por
mucho tiempo la fe en Dios en medio de la frivolidad de nuestra vida moderna,
sin conocer, aunque sea de manera humilde y sencilla, alguna experiencia
interior del Misterio de Dios.
ORACIÓN DE UN CRISTIANO MEDIOCRE:
Señor, hoy
es Pentecostés.
Celebramos
ese gran regalo que Tú nos haces a todos y a cada uno de los seres humanos: tu
Santo Espíritu.
Mis días y
mis horas están llenas de todo, menos de Ti.
Lleno de
ocupaciones y trabajos, vivo disperso
vacío.
Mi interior
está habitado por el trajín de cada día.
Mi pobre alma es como un almacén donde se va metiendo de todo. Todo tiene
cabida en mí, menos Tú.
Dios de mi
vida, ten misericordia de mí.
Tú sabes que
cuando huyo de la oración y del silencio, no quiero huir de Ti. Huyo de mí
mismo, de mi vacío y superficialidad.
Dios de mi
alegría, yo sé que Tú me entiendes. Siempre has sido y serás lo mejor que yo
tengo.
Tú eres el
Dios de los pecadores, el eterno misterio de mi vida.
Comentarios
Publicar un comentario